24/10/2020

Claudia Iarussi -- La pandemia tan temida

(Trabajo del Taller de Escritura para Adultos 2020. Género: crónica periodística.)


Todos a casa. No salgan. Cuídense. A lavarse bien las manos con jabón. Usen mucho alcohol en gel. Con guantes. Sin guantes. Con barbijo. Sin barbijo. Sácate la zapatillas. Ponete la zapatillas. Sácate la ropa. Cuida a los viejos, a los más pequeños. Quédate en casa... 

Una pareja que se hallaba en Miami, EEUU, desde el 8 de marzo, escucha en su hotel estas recomendaciones en el mundo entero.  

Se presenta el anuncio del presidente Alberto Fernández decretando la cuarentena obligatoria. Ante este panorama, deciden adelantar su vuelta, programada para el 30 del mismo mes, para cuatro días antes con escala en San Pablo, Brasil y destino final Buenos Aires, Argentina. Pero a último momento, ante el avance del COVID-19, la empresa aérea Latam suspende el vuelo. 
“Nos encontró terminando la tarde y con la sensación de que se paraba el mundo y como hormigas a las cuales les habían pateado el hormiguero, volvíamos a escondernos.”

Qué hacer ante ésta circunstancia impredecible? Optan por quedarse en la ciudad de la Florida, “viviendo con lo mínimo” y manteniendo un diálogo constante con la embajada. Las esperanzas de retornar a Argentina se van diluyendo, a punto tal que desde el consulado les sugieren optar por otra ruta.
A partir de esta recomendación, viajan hacia México, aunque allí se encuentran con una situación más impensada aún. “Migraciones no nos dejó ingresar porque no cumplíamos con los fondos económicos para los requisitos de turismo, ni entrábamos en la categoría de tránsito”,  señaló un integrante de la pareja y agregó: “Nos retuvieron los celulares, pasaportes y mochilas con nuestras cosas básicas, mientras esperábamos un vuelo de vuelta a Miami”. Y agregó que pudieron difundir lo que estaban pasando mediante la excusa de tener “medicación en la mochila” y así usar la laptop “a escondidas”.  
 “Es muy difícil explicarle a una extranjera que mi país cerró sus vuelos. Dependés de la buena voluntad de la gente y la decisión queda arbitraria a quien te interrogue, porque otros compatriotas pudieron entrar y ya están en Argentina”, manifestó indignado.
Y luego comentó que el consulado de Miami los ayuda con “medicación crónica” y que en el hotel realizan ollas populares con “ochenta argentinos más”. En cuanto a su situación económica, dijo que –por ahora– se sostienen por su cuenta mediante “tarjetas de crédito” aunque les generan “muchas deudas”. 
Aún siguen aguardando por “algún vuelo de repatriación” y concluyó: “Estamos muy desesperados, desde el consulado no saben qué decirnos, ni cuándo vamos a volver".
Corona, Covid-19, los chinos, los murciélagos, la sopa y el dengue. Sí, sí, no se olviden del dengue.

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